Canciones y Decires

Sobre el libro

“EL lirismo es uno de los rasgos esenciales de la obra de Miguel Espinosa (Murcia. 1926-1982), independientemente del género en el que éste se exprese. Si sus novelas, ensayos y escritos varios nos siguen pareciendo insólitos, es, sobre todo, por el rigor, la densidad y la alta calidad de su escritura. Son, en definitiva, la obra de un temperamento lírico. Frente a la prosa trivial de la realidad, Espinosa subrayó siempre, en sus textos, la dimensión lírica del mundo, ésa que se manifiesta como encarnación del sentir estética.
«Cuando el mundo es el lenguaje, y el lenguaje es el mundo, o sea, cuando el decir es el ser y el ser es el decir, acontece lo que denominamos poema», puntualiza el autor por boca de su amigo José López Martí. Y añade en otro lugar: «Valga decir que la metáfora viene a resultar la interioridad de la exterioridad de una enunciación o de un concepto». El lirismo, pues, entendido como la máxima expresión del Logos. De ahí el profundo significado y el interés de esta antología de su obra poética propiamente dicha, preparada, con esmero, por Mercedes Rodríguez, principal inspiradora e interlocutora del autor, y el poeta y editor Javier Marín Ceballos.

Una excelente muestra
Canciones y decires es una excelente muestra de los poemas en verso de Miguel Espinosa, tanto de los inéditos y exentos como de los insertados y publicados en sus obras narrativas. En las tres primeras secciones del libro, tituladas «Poesías y decires para entretenimiento y diversión de mi dulce-criatura-de-otros». «Nuevas canciones y decires para Mercedes» y «Otros decires», se recoge una serie de textos inéditos dedicados o destinados a Mercedes Rodríguez, que aparece en ellos con diferentes nombres o advocaciones, según las circunstancias y la intencionalidad del autor La mayoría están fechados entre 1956 y 1960, que son los años en los que Espinosa escribe la primera y segunda versión de Escuela de Mandarines, libro con el que muchos de estos poemas están emparentados.

Por otra parte, el autor distingue, dentro de ellos, entre «poesías» o «canciones» y «decires». Naturalmente, las canciones serían, en principio, los textos más líricos de la serie, mientras que los decires serían los más discursivos o recitativos, esto es, los de tipo didáctico y satírico, más que amoroso. Pero en todos ellos es bien visible la ironía y el fino humor espinosiano y ese «lirismo terrenal y promiscuo» del que hablara en su día la propia Mercedes Rodríguez.
En las restantes secciones, se agrupan los poemas extraídos de los libros de Miguel Espinosa, ordenados según la fecha de composición.

Sólo de Escuela de Mandarines (1974), proceden cerca de cincuenta: la mayoría son discursivos, didácticos o políticos, pero también encontramos canciones y emocionados poemas elegíacos, como el titulado «Elegía a Maravillas Gironés», madre del escritor.
Asklepios, el último griego (1985). es, en realidad, un largo poema en prosa o, si se prefiere, una novela lírica, de carácter autobiográfico, con algunos fragmentos en verso, como los nueve que aquí se seleccionan.

De La fea burguesía (1990), el texto más hermoso y significativo es justamente el breve poema que cierra el libro: «Sobre la quieta flor, / un instante, sesgadamente, / se estremecen unos élitros / en el seno del silencio; / después, el gran continente / sigue ocurriendo».
Por último, con Tríbada Theologiae Tractatus (1990 y 1984) Espinosa consigue no sólo la culminación de su concepto de novela y de literatura, sino también la plenitud de su estilo.

De hecho, cualquier fragmento de la obra podría haber servido para formar parte de esta antología poética, aunque no presente forma de poema. Los editores han optado, en este caso, por aquellos textos que más se prestan a ser desgajados del libro, como las hermosísimas «dedicatorias», los «epitafios» de los tres protagonistas o la larga lista de «nombres» de Damiana y Lucía. Asimismo, encontramos uno de los poemas más desengañados del autor, «Los ruidos de la Creación», escrito con motivo de la muerte de una amiga.

Creador de lenguaje
La edición se completa con una oportuna «Nota de los editores», una valiosa «Biografía» del autor escrita por el poeta y profesor Eloy Sánchez Rosillo y unos breves «Fragmentos para una poética» donde Espinosa expone, de forma brillante y concisa, su concepto de la poesía. Canciones y decires viene a corroborar y reforzar, en fin, algo que muchos pensábamos desde que lo leímos por primera vez: que Miguel Espinosa es, ante todo, un poeta, un artista de la palabra, un creador de lenguaje”.
[LUIS GARCÍA JAMBRINA]